Os inmigrantes que logran instalarse no noso país teñen que afrontar situacións de explotación laboral, de rexeitamento e desconfianza. A pobreza dos recén chegados, asociada a un descoñecemento das súas pautas culturais, e a proliferación de tópicos inxustificados crean un esceario propicio para os abusos e dificulta a integración. O papel de ONGs, sindicatos e asociacións de inmigrantes son esenciais para evitar a marxinación destes colectivos e facilitar o seu proceso de adaptación.
«El racismo en Ourense es un racismo económico»
La Voz de Galicia (14/02/2007)
Ourense
Entrevista Bassirou Séne
Cáritas iniciará este mes un programa específico para el colectivo de senegaleses en el que se incluye cursos de alfabetización y se fomentará el intercambio cultural
Bassirou Séne lleva dieciséis años en Ourense y afirma que, si un día regresa a su país, sentirá tanta morriña como hoy puede sentir por su tierra porque afirma que el nivel de tolerancia de los ourensanos con los de su raza es de lo mejor de España.
-¿Diría que no existe el racismo en Ourense?
-Claro que existe. Recuerdo que la propietaria del primer piso que tuvimos quería subirnos el alquiler porque decía que los vecinos tenían miedo. La verdad es que era muy desagradable cuando te cruzabas con alguien les dabas los buenos días y torcían la cara y no contestaban. Un día encontramos una dentadura postiza en el balcón, la colocamos en un plato con una servilleta blanca para que no les diera asco y subimos piso por piso para devolverla. Nadie la quiso, hasta que una amiga de aquí subió de nuevo y encontró al dueño. Aún hoy tenemos que llevar intermediarios para conseguir alquilar un piso porque si vamos solos no confían. Pero aún así la situación aquí, en general, es bastante buena. El racismo de aquí es un racismo económico. Si un jugador famoso de fútbol negro quiere alquilar seguro que no tiene problemas.
-¿Hay mucha gente en su asociación?
-El número es muy variable, porque unos vienen y otros se van. Ahora somos unos treinta. Nosotros no decimos a nadie que no. Cuando un senegalés llama a nuestra puerta lo acogemos y procuramos ayudarlo, tanto en sus necesidades más urgentes como a defenderse en español, a arreglar su visado. Tenemos un fondo que ponemos entre todos, incluso si quiere instalarse como feirante le ayudamos a comprar la mesa y a comenzar en el negocio. Somos un pueblo solidario, por cultura y por religión, por eso cuando uno ya vuela sólo sigue ayudando a los demás.
-¿No tienen apoyos externos?
-Sí, un ejemplo es este nuevo convenio con Cáritas, pero desde el principio hemos tenido mucha suerte con la ayuda que nos brindó Comisiones Obreras, también con el área social del Concello de Ourense, con el equipo de policías que nos ayudó en el programa de educación vial y con la Cruz Roja.
-¿Ayudará este nuevo proyecto de Cáritas a mejorar su integración?
-Creemos que sí. Por un lado por la formación. Yo creo que una buena educación es más importante que un trabajo, porque es la base del futuro. También esperamos que el nuevo local esté abierto a la sociedad para mostrar nuestra cultura, nuestra gastronomía, artesanía o actuaciones de música.
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