jueves, 21 de febrero de 2008

Os custes da dispersión do poboamento

O profesor de economía Álvarez Corbacho recollendo as ideas do traballo feito polo seu colega Albino Prada comenta o caro que nos está resultando vivir nun territorio desordenado, marcado pola dispersión intercalar e a diseminación das casas sobre a antiga superficie agraria. Éste artigo, publicado na Voz de Galicia, ponse na onda de outros moitos que nos últimos anos reclaman orde, disciplina urbanística e comezan a avaliar o despilfarro de solo e enerxía que supón vivir así.

«Causas y costes de la dispersión»
Martes 19 de febrero de 2008 . Voz de Galicia.

Ese es el título de un sugestivo trabajo realizado por Albino Prada, profesor de la Universidad de Vigo, recientemente publicado (Grial, 176). En el mismo se muestran las causas que motivaron la dispersión poblacional gallega de los últimos cuarenta años, identificando a su vez los costes que la misma genera.
Partiendo de la explicación de Bohuier sobre el asentamiento de la población gallega a mediados del siglo pasado (en espacios de estructura compacta y núcleos múltiples que respondían a la lógica de un sociedad agraria y rural), el autor subraya tres factores básicos que impulsaron la dispersión: el automóvil privado (mejora la movilidad), las infraestructuras y redes viarias (mejoran la accesibilidad), así como un mercado inmobiliario atractivo y rentable. Otras causas también citadas son el ahorro de la emigración europea, el abandono de actividades agrarias y forestales, la ausencia de políticas de ordenación territorial, la huida de la congestión urbana y del compacto especulativo, la vivienda como alternativa inversora, los bajos tipos de interés, la creciente demanda de espacios residenciales. Todos estos factores contribuyeron a crear un país complejo, disperso y caro, donde los costes generados por la ciudad difusa y por el diseminado rural siguen ocultos bajo el velo interesado de la ignorancia.
Porque la dispersión tiene costes relevantes. Ya sean directos (suelo y construcción) o indirectos, que a su vez son privados (transporte, tiempo, bienestar) y públicos (servicios asociados a la vivienda, ambientales y de capital social). El menor coste del suelo en el rural incentiva lo disperso, ya que los derivados del transporte, tiempo, accidentes o bienestar son diferidos y menos visibles para el comprador. Los costes indirectos públicos (abastecimiento de agua, saneamiento, alumbrado, viales, transporte escolar, seguridad) son elevados y en gran parte deberían recaer sobre los propietarios, pero la incapacidad de las Administraciones y el clientelismo redujeron la decisión al binomio suelo/edificación que refuerza lo disperso. Los costes ambientales (energéticos, paisajísticos..) y de capital social (tejido asociativo, posibilidades culturales..) apenas se consideran.
El trabajo finaliza proponiendo tres estrategias urgentes: reducir la cantonalización municipal en los espacios metropolitanos, modificar la inversión pública en movilidad y hacer del compacto-nuclear el eje de la ordenación territorial de Galicia. Pero el trabajo silencia la enorme responsabilidad de las Administraciones públicas que permitieron el desaguisado (comunidad autónoma y municipios). Esa dejación e incultura urbanística es nuestro gran fracaso colectivo en democracia.

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